Nadie pudo contener las ganas de gritar -¡Reina!- hacia un joven en
vestido de novia, con corona de brillos y tacones de 12cm. Se
mostraba sonriente como reflejo de las miradas de quienes le
derrochaban cumplidos. La ropa se le pegaba al cuerpo producto del
sudor, el maquillaje se derritió al punto de ocupar las arrugas de
su cara, si alguna vez hubo labial, éste quedó en las mejillas de
sus compañeros y estuvo a punto de caer de la carroza si no fuera
por un grupo de chicas que los sostuvo firmemente.
Se le veía feliz porque en su día al menos, fue aceptado y amado.
Podría escribir una Biblia sobre estás y muchas referencias de las
que fui testigo en Pride. Sin embargo, unos días después salieron a
relucir en redes sociales quienes no están de acuerdo en que
semejante despliegue se haga presente de manera tan evidente en medio
de la capital. Incluso, encontré interesante como muchas mujeres
aparentemente ofendidas hacia los hombres con tacón y vestido,
fueron rápidas en proclamar -Él no me representa.- o -Eso no es una
mujer.-
Me dispuse a investigar las razones por cuales algunas mujeres
encuentran la homosexualidad tan ofensiva, no puede ser solamente el
factor religioso.
En mi opinión, el odio que expresan muchas ante la homosexualidad se
alimenta del sentido de pertenencia hacia los elementos que nos hacen
mujer ante la sociedad. Los seres humanos sentimos que el matrimonio,
el sexo, la iglesia, los hijos nos pertenecen. De la misma manera en
que las mujeres hemos sido adoctrinadas para pensar que las
características que nos han asignado son nuestras. Por ende, un
hombre en tacones, vestido y con ademanes claramente femeninos está
robando algo.
Pero, un hombre que ‘actúa’ como una mujer, ¿Es mujer? La
respuesta, al menos según el criterio de mis pares es: depende. Uno
de mis amigos gay confesó que depende de las circunstancias. Si el
caso llamara a distinguir una persona gay de otra, se podría referir
al grado de feminidad que expresa esa persona. Ósea, hay quienes
despliegan feminidad de manera exagerada y quienes escogen no
hacerlo. Sin embargo, cuando se trata de insultar a un hombre gay la
mayoría escogerá un adjetivo femenino para ofender, de la misma
manera muchos homosexuales se refieren unos a otros con expresiones
femeninas. Muy a pesar de lo anterior, a los ojos de la sociedad: un
hombre es un hombre. Lo cual significa que, podrá ‘actuar’ como
mujer pero se mantendrá exento de los amenazas que típicamente
sufrimos las mujeres.
Le llamaran ‘marica’ en la calle, pero siendo hombre no corre el
mismo riesgo de violación, intimidación o amenaza. Con esto, no
digo que los homosexuales no sufren, pero ciertamente no de la misma
manera que una mujer. -Entonces, - dice una amiga, -...¿El problema
es que los hombres gay que ‘actúan’ como mujer disfrutan los
privilegios de la feminidad sin sufrir los riesgos?- Tal vez.
Para Paula, una transexual que llego a nuestro país solo para Pride,
la feminidad es propiedad pública. Cuando se levanta en la mañana y
se dirige a su trabajo, lo hace como hombre. Nadie entre su familia
conoce que, cuando el sol se acuesta, nace una mujer que como muchas
otras se maquilla, se viste y usa tacones. Al hablar, se deja ver que
Paula calcula sus movimientos para que estos sean suaves y delicados,
un contraste total a la persona que conocí al bajar del avión.
Ella, esta completamente consiente sobre los elementos sociales que
constituyen el genero que representa en el momento pero confiesa que
el disfraz siempre será el masculino.
En mi experiencia, al momento en que un hombre confiesa su
orientación sexual diversa a la esperada por la sociedad, se vuelve
menos, de la misma manera en que las mujeres fuimos menos alguna vez.
No compartimos genitales, pero compartimos insultos y estatus. He
sido testigo de conversaciones en donde muchos heterosexuales
hablaban sobre homosexuales de manera tan desagradable porque les
remueven su condición humana. No fue hace mucho cuando esa era la
misma reacción ante una mujer que exigía sus derechos o ante la
población negra en la misma situación.
El 1ero de Julio me puse a analizar la frase cliché que reza ‘amor
es amor’. No puedo dejar de pensar de todavía no sabemos el
verdadero significado de la misma. Cuando lidiamos con algo diferente
a lo nuestro la reacción suele ser adversa, pero ¿Porqué también
lo es cuando es algo que conocemos? ¿Realmente amo al prójimo o
solo lo tolero? Para mi, el amor es ver lo mas profundo del corazón
de alguien sin asustarse.
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