Nadie pudo contener las ganas de gritar -¡Reina!- hacia un joven en vestido de novia, con corona de brillos y tacones de 12cm. Se mostraba sonriente como reflejo de las miradas de quienes le derrochaban cumplidos. La ropa se le pegaba al cuerpo producto del sudor, el maquillaje se derritió al punto de ocupar las arrugas de su cara, si alguna vez hubo labial, éste quedó en las mejillas de sus compañeros y estuvo a punto de caer de la carroza si no fuera por un grupo de chicas que los sostuvo firmemente. Se le veía feliz porque en su día al menos, fue aceptado y amado. Podría escribir una Biblia sobre estás y muchas referencias de las que fui testigo en Pride. Sin embargo, unos días después salieron a relucir en redes sociales quienes no están de acuerdo en que semejante despliegue se haga presente de manera tan evidente en medio de la capital. Incluso, encontré interesante como muchas mujeres aparentemente ofendidas hacia los hombres con tacón y vestido, fueron rápi
As a woman, as a black woman, as a sister, as a daughter, as a pet owner, as a girlfriend, as a friend and as a human being there are many things that I think will end me. However, no matter how big I think my problem is, just thinking about the fact that an asteroid can hit Earth at any time without notice is motivation enough to think that my problem is never as big as I think it is. I’m used to making a huge deal over things. For example, an opportunity presented itself to me six months ago. I stressed so much, I couldn’t stop thinking about it every day, I would do research and study and prepare myself for that opportunity. And I’m not saying that was wrong but I tortured myself thinking it would be the end of the world if I didn’t get it. This was stupid and irrational. I realize that now. The thought of asteroids also makes me want to help others. I don’t want to leave this world without putting some good out there, without helping people, without doing some charit